de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo..
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rollings, y niñas en minifalda..
Papá cuéntame otra vez, todo lo que os divertisteis,
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis La Sorbona,
en aquel mayo francés, en los días de pan y rosas..
Papá cuéntame otra vez, esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco, que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y cómo desde aquel día, todo parece más feo..
Papá cuéntame otra vez, que tras tanta barricada,
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida, no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines, no habia arena de playa...
Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba,
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos, ya no hay parias,
pero tiene que llover, aún sigue sucia la plaza...
Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
qué lejos queda Jean-Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quién habla de más,
y siguen los mismos muertos, podridos de crueldad,
ahora mueren en Bosnia, los que morían en Vietnam...
ahora mueren en Bosnia, los que morían en Vietnam...
ahora mueren en Bosnia, los que morían en Vietnam...
Ismael Serrano
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