...se encuentra.
era un sábado gris, estaba nublado como a puntísimo de llover y había viento. salí a caminar igual, necesitaba despejarme de mí. decidí hacer un par de cosas últiles durante mi caminata, por eso fui a llevar una ropa al lavarap, fui a pagar una deudita que tenía con el panadero, y a alquilar una peli para más tarde: Pepi, Lucy, Bom y otras chicas del montón. Seguí caminando, ahora sí por inercia. no tenía ganas de volver a mi sucucho. jazz en mis oídos y varias cuadras por delante. las personas no parecían mucho mejor que yo. las caras de día muy nublado predominaban entre la gente. pero yo seguí. ningún mal día me iba a obligar a estar conmigo misma tan encerrada. el airecito fresco me hacía mejor. de repente: "insuficiencia", mi casa de ropa favorita. entré, sin dudarlo. no tenía mucha plata, claro, pero nadie podía cobrarme por mirar. estaba por doblar para el sector femenino cuando veo que cerca de la caja un señor dice "como la señorita de violeta por ejemplo, que...". no escuché más ni recordaba lo que tenía puesto pero no podía ser extraño que tuviera algo violeta. siempre me vestía con ese color, es que es mi preferido. en fin, efectivamente estaba vestida de violeta, por lo cual lentamente me fui acercando hasta el hombre que me había mencionado. "me hablaban?" pregunté.
"a ud? no, señorita. acá el único problema es el caballero. dice haber visto una remera naranja de este tipo la semana pasada y no puede entender que ya no queden más ".
"el problema es que yo había señado mi remera naranja. y ahora me quieren dar cualquier otro color. este negocio me parece ridículo. creo que son todos unos estafadores" dijo el cliente ahí parado.
yo no me atrevía a hablar. pero siempre me resultó práctico hacerlo en determinadas situaciones. me apresuré y dije "bueno, no sé bien qué pasó con la remera naranja, y entiendo perfectamente que no te de lo mismo el color. pero estando las cosas como están, creo que la solución sería que te devuelvan la plata y listo, no?"
"no, señor, (señor, a mí, bué) verdaderamente me importan un carajo los 15$ que dejé de seña. no me interesa mendigarlos. lo único que quería era que respetaran mi decisión por el naranja, pero veo que esto no se puede en un negocio tan poco serio como este. den por sentado que no voy a volver nunca más"
el chico se fue y yo con cara de "qué suerte que se arreglaron las cosas" me corrí hasta el sector que tanto deseaba. estuve un rato mirando pero no me pude concentrar demasiado, no era un buen día para mí, claramente. "mejor me voy" dije, y comencé a caminar, un tanto apresurada quizás. me choqué contra alguien sin querer y se me cayó la peli de la cartera. era el loco de la remera naranja. me pidió disculpas, yo también a él. caminamos los dos en la misma dirección, sin hablar, y de repente entramos al mismo bar. nos sentamos en distintas mesas y los dos nos pedimos un licuado de naranja. "él primero, sí, pero no porque me haya querido copiar" pensaba yo mientras le hacía una sonrisita cómplice.
"quizas pienses que estoy un poco obsesionado con naranja, no?" me preguntó.
yo me reí, mucho, bastante fuerte (generalmente soy ruidosa cuando me río) y le comenté que yo había tenido una época de fanatismo con el violeta... todo había sido violeta por un tiempo en mi vida. de hecho no tenía ropa interior que no fuera violeta o púrpura (que, obviamente, no era lo mismo). en fin, Nico vino a sentarse conmigo en ese momento y estuvimos hablando como una hora y media. lógicamente, vimos juntos la peli. nos divertimos mucho. a él también le gustaba la estética de Almodóvar. y también estaba solo, sin ganas de estar con él mismo ese día.
así fue como nos enamoramos. ahora, hace más de 3 años que estamos juntos.
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